y los alanos pasaron el Rhin e invadieron el
Imperio. En la Península penetraron, atravesando el Pirineo, el año 409. Hasta el 411 vagaron por todo el territorio, pero ya en esa época se fueron asentando:los suevos – entre la línea Miño, Sil y Duero;
los alanos – en la Cartaginense y en la Lusitania;
los vándalos – en la Bética.
La Tarraconense continuó integrada en el Imperio romano.